Fatiga o decaimiento, picor e irritación de piel y ojos, dificultades respiratorias, dolores de cabeza, náuseas, trastornos del sentido del olfato y el gusto, son algunos de los síntomas derivados del “Síndrome de la Oficina Enferma” o “Síndrome del Edificio Enfermo”.
La OMS (Organización Mundial de la Salud), define el “Síndrome del Edificio Enfermo” como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados.
Los edificios enfermos, según la OMS, suelen tener una serie de características comunes, mala ventilación, localizaciones inadecuadas de las tomas de aire, construcciones ligeras, decoración con demasiados textiles (cortinas y moquetas), suelen ser edificios herméticos en los que las ventanas no pueden abrirse.
Los problemas que suelen presentarse en esta oficina, derivados de las características anteriores son:
Todo esto hace del espacio de trabajo un lugar incómodo que en muchas ocasiones genera problemas a los trabajadores, se considera un Edificio Enfermo, o una Oficina Enferma, aquella en la que al menos el 20% de los trabajadores han mostrado algunos de los siguientes síntomas y resulta difícil determinar el origen:
Para identificar la existencia del síndrome, es necesario llevar a cabo una investigación exhaustiva en el edificio y entre el personal afectado.
Fuentes: INSHT
OMS
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