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Nanopartículas para combatir enfermedades infecciosas
La utilización de nanopartículas en tratamientos como vehículo para transportar fármacos está cada vez más extendida, especialmente, en enfermedades como el cáncer. Investigadores de la Universidad de Salamanca han analizado ahora los últimos estudios sobre su aplicación en enfermedades infecciosas, destacando su utilidad tanto en tratamientos como en diagnósticos, aunque apenas hay medicamentos comercializados. Un aspecto clave es que pueden ayudar a resolver el problema de las resistencias de virus y bacterias.
22/02/2016
La utilización de nanopartículas en tratamientos como vehículo para transportar fármacos está cada vez más extendida, especialmente, en enfermedades como el cáncer. Investigadores de la Universidad de Salamanca han analizado ahora los últimos estudios sobre su aplicación en enfermedades infecciosas, destacando su utilidad tanto en tratamientos como en diagnósticos, aunque apenas hay medicamentos comercializados. Un aspecto clave es que pueden ayudar a resolver el problema de las resistencias de virus y bacterias.
Científicos de la Universidad de Salamanca han analizado las aportaciones de las nanopartículas en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En un artículo publicado en la revista Journal of Controlled Release que revisa cerca de 300 investigaciones recientes, los expertos destacan que la utilización de estas diminutas partículas como portadoras de fármacos mejora la efectividad de los tratamientos. Uno de los aspectos más relevantes es que el uso de nanopartículas puede ser una buena estrategia para combatir las resistencias que presentan bacterias y virus a los tratamientos habituales, un problema creciente.
Las nanopartículas son portadores de fármacos que mejoran la selectividad del tratamiento, con ellas se localiza mejor dónde liberar el fármaco y además se hace de forma más eficaz porque aumenta su concentración en el lugar preciso, explica José Martínez Lanao, catedrático del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la institución académica salmantina. Gracias a su pequeño tamaño, entre 1 y 100 nanómetros, pueden incorporar sustancias que facilitan el reconocimiento de las células y los tejidos.
Generalmente, una nanopartícula se liga a un agente antimicrobiano, es el vehículo que lo transporta, pero también hay nanopartículas que tienen actividad antimicrobiana por sí mismas, como las de plata y otros metales y algunos polímeros. Las propias células del cuerpo humano también pueden ser utilizadas como nanosistemas. De hecho, este equipo de la Universidad de Salamanca ha trabajado con eritrocitos, los glóbulos rojos de la sangre, que se pueden utilizar para encapsular fármacos y transportarlos a distintos lugares del organismo. Actualmente, estos investigadores trabajan en el uso de nanopartículas metálicas para vehiculizar fármacos antiinfecciosos.
La lucha contra bacterias como las pseudomonas y contra virus como el VIH acapara buena parte de las investigaciones relacionadas con enfermedades infecciosas, aunque el uso de nanopartículas está más desarrollado en otros campos, como la oncología.
Fuente: Europreven
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